Strangeland, de Tracey Emin

Publica Alpha Decay “Strangeland”, de Tracey Emin, uno de esos libros que por estar asentados en la crudeza y en la honestidad, a mí me gustan especialmente. Digo esto porque, a lo mejor lo que sigue es de todo menos una reseña objetiva.

Veamos: la artista Tracey Emin, autora de polémicas y vanguardistas obras conceptuales como “Everyone I Have Ever Slept With” o “My Bed”, que exhibían de un modo descarnado su intimidad, haciendo práctica de aquel lema feminista que decía que lo personal es político y que buscaban, sobre todo, poner en crisis la ya de por sí resquebrajada idea de identidad, ofrece en este diario una especie de contrapunto narrativo a propuestas como aquellas.

Podríamos decir, de hecho, que “Strangeland” es el archivo detrás del producto artístico: el proceso que nunca se exhibió. ¿Y qué encontramos en ese proceso? La formación de una personalidad marcada, desde su infancia, por el sexo, el alcohol y el desafecto.

En estas memorias breves y que se leen con el interés y la pasión que sólo suscitan las buenas obras narrativas (aunque aquí no hay adornos estilísticos: sólo golpes directos), Tracey Emin recorre su vida desde su infancia como hija de una madre separada, hasta sus acercamientos adultos al suicidio. Entre medias: incesto, alcohol, masturbación, deseo, sexo…, y un subyacente apetito por hallar acomodo en una vida que siempre parece haberle mostrado su lado más amargo.

Oscura, irónica a veces, con ese atractivo que siempre tienen los libros que nos permiten dar, sin mancharnos, un paseo por el lado salvaje, “Strangeland” es una magnífica obra de no ficción (aunque la distinción de los géneros sea otra cosa que ha entrado en crisis hace mucho) que, como decíamos, ofrece al lector una experiencia similar a la de las mejores obras de ficción contemporáneas.

Sin escamotear, además, la indagación en la expresión, la mezcla de géneros (en arte habría que hablar del “campo expandido”) y una enorme voluntad por expresarse, por comunicar, que es el motor principal de esta cruda, oscura y extrañamente atractiva joya.

 

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