El libro de las perversiones, de Luis Antonio de Villena

Publica Drácena una nueva edición de este libro de Luis Antonio de Villena, cuya primera aparición fue en 1992. Explica el autor en su blog que “esta es una reedición nueva, corregida, pero sobre todo muy notablemente aumentada. Creo que es uno de los pocos textos que trata el mundo -a menudo sórdido- de las perversiones sexuales (ahora mejor llamadas parafilias, como una variante del gusto común) desde un punto de vista no sólo literario (habla de muchos escritores y pintores) sino además con el horizonte de mirar la perversión -consentida por ambas partes- como un hecho normal, sino no setocan sus extremos, donde muchas perversiones pueden ser peligrosas”.

El libro, efectivamente, recorre las principales “perversiones” (así consideradas) deesde el punto de vista de la literatura, pero también de la historia. Vemos así, la relación de Sade con el sadismo; el fetiche y el uso del látigo en el sexo; una narración histórica sobre el sexo en la antigua Grecia; se nos habla del onanismo y del masoquismo o nos adentramos en los deseos sexuales de algunos escritores como Proust.

La obra está, como es habitual en Villena, llena de referencias literarias, cargada de eruditismo y busca, sobre todo, que en una época donde los límites de la sexualidad se están, una vez más redefiniendo, el lector se pregunte acerca de lo perverso: qué conductas o prácticas pueden ser así calificadas, dónde acaba el deseo y la fantasía y comienza lo “monstruoso” y qué papel juega en todo ello el consentimiento.

El sexo con animales y muertos e incluso lo que el autor ha llamado el “erotismo surrealista”, concluyen un breve pero sutil tomo que, cuando menos, sirve para informarnos, educarnos y cultivarnos sobre la multiplicidad de formas que el sexo y el placer adquieren. Es decir, en la diversidad, que también es lo mismo que decir en la tolerancia.

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