La editorial barcelonesa Seda editorial ha publicado en castellano La mujer invisible, una obra de Helen Walmsley-Johnson en el que la autora británica —famosa por su columna «The vintage years», que publica The Guardian— trata, de un modo divertido, los problemas a los que se enfrentan las mujeres de más de cincuenta años.
En una tradición que no es muy cultivada en la prensa española seria, pero que nos resulta cercana aunque solo sea por la profesión de Sarah Jessica Parker en «Sexo en Nueva York» (cuya columna, de hecho, daba nombre a la serie). Como ella, Helen Walmsley-Johnson escribe una columna donde en nombre de la cordura se burla de todos los tópicos acerca de qué y cómo debe ser la vida de las mujeres de más de cincuenta años, en una cultura dominada por el culto a la juventud y a la vitalidad que ésta representa.
El libro es, pues, una llamada a todas aquellas mujeres que se niegan a aferrarse desesperadamente a «estar siempre jóvenes», o al tópico de ser, al menos, «jóvenes de corazón».
Tocando asuntos como la familia, las finanzas y el trabajo, pasando por la cosmética, la moda y el sexo, La mujer invisible, de Helen Walmsley-Johnson bordea lo que aquí conoceríamos como libro de autoayuda, pero es, en realidad, un libro directo, personal, en tono humorístico que tiene más de costumbrismo y de periodístico, que de lo que conocemos (negativamente) como autoayuda. Y sobre todo, ya lo hemos dicho, es un libro divertido.
Como apunte final, diremos prólogo de la edición española corre a cargo de Lidia Herbada, escritora y periodista madrileña, autora de obras como 39 cafés y un desayuno o Dame un mes de soltera.
También te puede interesar
-
Diego Pinillos narra la difícil búsqueda de la libertad sexual del artista adolescente en FELICES COMO BESTIAS
-
¿Y si los extraterrestres no son verdes -ni azules- ni comen gatos?
-
El Ajbar Machmuâ comentado por Daniel Valdivieso Ramos y publicado por Almuzara
-
«Copo de Nieve», la novela con la que Louise Nealon nos muestra el alma de Irlanda
-
AdN publica Creep, de Philipp Winkler, una mirada al lado oscuro de la hipermodernidad