El púgil sin sombra

poesía visual y tradicional y relatos en un libro-puzle de Óscar Sotillos

Hay todo un mundo literario —bastante atomizado, además— conformado por autores a los que aquellos que miden la profesionalidad con el baremo del número de libros vendidos no se atreverían a llamar profesionales. Son autores que casi no salen en entrevistas, ni escriben columnas, ni son detenidos en la calle para firmar un libro. Son escritores que ya no aspiran a la gloria —salvo excepciones ilusas— sino a la honestidad. Incluso en ese mundo, la poesía es algo marginal.

el púgil sin sombraPor eso, el trabajo de “Ediciones Oblicuas“, más allá de que se acierte con unas obras sí y otras no —un trabajo al que, dicho sea de paso, no llegan las subvenciones— es un trabajo que hay que respetar y en muchos casos aplaudir.

Escribimos esto porque en “Ediciones Oblicuas”, y como ganador del Premio la Nunca, se ha publicado el poemario de Óscar Sotillos, “el púgil sin sombra“.

Óscar no es un novato. Ya había ganado el premio “Encina de plata” por “la orilla de las palabras”, una novela breve, de barrio, bien escrita y mejor resuelta de la que poco rastro queda, sin embargo, en las partes en prosa de este puzle que es “el púgil sin sombra”. Como todo hoy a pie de calle, este nuevo libro —al que denominamos puzle por estar compuesto por poesía visual, tradicional y pequeños relatos— está pringado por la crisis, que aquí ha tomado ya forma de normalidad. De modo que uno puede reírse de ella. El sentido del humor, relajado e irónico, junto con los juegos de palabras, es el hilo conductor de las tres partes que componen esta obra: palagrafías, palabras sobre blanco y narra-píldoras.

Las palagrafías son, como decía, poesía visual, un arte poco cultivado en España y en el que Óscar acaba de recibir el premio de la Asociación de Escritores de Euskadi. El el púgil, la poesía visual está fundamentada, sobre todo, en la renovación del lenguaje, aprovechando el abismo cada vez más grande que hay entre significado y significante para hacer una crítica humorística.

En la parte de poética más tradicional —palabras sobre blanco— pervive esa querencia al juego de palabras unida a una temática que combina la pasión por lo común, la magia de cada día, con la reflexión sobre ese “cada día” en el que tan difícil se le hace encajar al ser humano.

Poco hay de plagio en Óscar. Acierte o no, “el púgil sin sombra” es un libro plenamente personal

Alejado —él dice que no sabe contar sílabas— de la métrica y el ritmo tradicional, la poesía de Óscar es fundamentalmente reflexiva, más que anecdótica aunque se mece entre ambos polos. Desde nuestro punto de vista, es mejor en esa vertiente reflexiva —por ejemplo en “la orilla de las palabras”—que en otros como “manos” donde la anécdota deriva —a nuestro entender— demasiado hacia “lo cursi”.

Los microrrelatos que cierran el libro insisten en esa desavenencia entre el mundo y las personas que lo habitan y entre la realidad y las palabras, de nuevo aquí retorcidas con afán de mostrar otra realidad, de torcer en muchos casos el relato tradicional, como en “Edipo”. Quizás sea en los relatos donde ese interés por el otro lado de las apariencias y la escritura de Óscar Sotillos más luzcan. Relatos como “Génesis”, “El zahorí” o “El renunciante” —para nuestro gusto el mejor— mezclan muy bien ironía crítica, invención y ternura, tres elementos sin los cuales toda escritura se vuelve un mero plagiar estético sin sustancia.

Poco hay de plagio en Óscar. Acierte o no, “el púgil sin sombra” es un libro plenamente personal.

El púgil sin sombra. Óscar Sotillos. Ediciones Oblicuas. 68 págs. 12€

 

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