El Cártel, de don Wislow

Analizamos la última obra de uno de los más aclamados autores de novela negra, editada por RBA

“El cártel” es la última novela de Don Winslow, un periodista y escritor norteamericano, con abundante obra, que se ha adentrado en el mundo del narcotráfico mexicano. Y no por primera vez. Su novela “El poder del perro”, todo un éxito de ventas, lo situó en primera línea en todos los escaparates de las librerías europeas y norteamericanas. En ella se hablaba de las relaciones de los narcotraficantes mejicanos con los políticos y el ejército, también con la Agencia norteamericana encargada de combatirlos, la DEA.

“El Cártel” pretende continuar en esa línea, desarrolla la acción con los mismos personajes e introduce factores nuevos como los acontecidos en Ciudad Juárez, con el asesinatos de cientos de personas, en su mayoría mujeres- lo que se dio en llamar el feminicidio- a manos de los secuaces de las bandas de narcotraficantes. Difícil es seguirles la pista si tenemos en cuenta de que tan solo en  esta ciudad fronteriza, con millón y medio de habitantes, existen registradas por las autoridades locales nada menos que “unas ochocientas bandas- en su mayoría en las colonias pobres que rodean a las maquiladoras- , con un total de catorce mil miembros aproximadamente. Estas bandas reclutan efectivos para las “grandes” que gestionan el tráfico de drogas bajo el dominio del cártel de Juárez: los Aztecas, los Mexicles, los Aristos Asesinos y la Línea”

La conclusión a la que llegamos tras leer el libro- “El Cártel”, con cerca de setecientas páginas- es que el cártel es un concepto más amplio que aquel que afecta a las bandas de narcotraficantes. Que el Ejército mexicano es un cártel, que el Gobierno de México está siendo financiado con dinero del narcotráfico y que la DEA norteamericana es más partidaria de encontrar un equilibrio entre política y narcotráfico que en derrotar a las bandas. Don Winslow lo explica claramente al poner estas palabras en boca de un periodista: “Esto no es una Guerra contra la Droga. Esto es una guerra contra los pobres. Esto es una guerra contra los pobres y los desposeídos, los sin voz y los invisibles, que no dudáis en apartar de las calles como la basura que revolotea alrededor de vuestros tobillos y os ensucia los zapatos…. Ahora el país es seguro para vuestros centros comerciales y vuestros terrenos de extrarradio; los invisibles no están a la vista y los sin voz están callados, como deben estar. Todos sois el cártel”.

¿En qué queda entonces la lucha contra la droga en la que el Gobierno norteamericano invierte miles de millones de dólares? En un ajuste necesario. Ahora se combate a un cártel para eliminarlo mientras otro se hace más fuerte. No importa quién produzca y distribuya la droga que llega a los Estados Unidos y a Europa. Siempre habrá un encargado de hacerlo, de lo que se trata es de controlar ese inmenso tráfico de estupefacientes que viaja a lo larga y ancho del mundo a través de las redes del tráfico globalizado, ya se trate de mercancías legales o ilegales. Winslow, en su novela, no puede olvidar su faceta de periodista al aportar datos: “Más de dos mil camiones y treinta y cuatro mil coches cruzan los cruzan (los puentes) a diario; cada año circulan por ellos cuarenta mil millones de dólares en productos de comercio legal. Y entre uno y medio y diez millones de dólares de drogas ilegales pasan por los puentes cada día”. Se refiere a los cuatro puentes que unen Ciudad Juárez con el Paso. Existen otros que conectan la droga mexicana con las grandes autopistas norteamericanas que cruzan el país. Todas ellas creadas en favor del libre comercio. Pero no hay que olvidar que una buena parte del comercio mundial se hace con el dinero criminal que más tarde es “lavado” en los mercados financieros. Es decir, que la droga es ya una parte del sistema. Un sistema que lo que busca en la máxima rentabilidad económica sin mirar la procedencia del dinero, en una mezcla de negocio criminal y explotación laboral. Por citar un ejemplo, el que nos aporta Winslow en su libro: “Matamoros es la sede del cártel del Golfo. Situada a orillas del rio Bravo, justo en la desembocadura del Golfo, la ciudad alberga más de cien maquiladoras, muchas de las cuales fabrican componentes para GM, Chrysler, Ford, BMV y Mercedes-Benz.”.

Con gran clarividencia, la amante del capo de Sinaloa, le dice lo siguiente: “Afróntalo, cariño-dice Magda-. El mundo ha cambiado. Cada guerra que libras tiene tres frentes: una guerra armamentística, una guerra política y una guerra mediática. Y no se puede ganar una sin la otra” Ese es el mensaje que hoy nos deja Winslow a través de su libro. Que el Cártel es un monstruo con tres patas, las mismas en las que se asienta la economía mundial.

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