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“Billy Budd, marinero” de Herman Melville

Alba editorial publica esta novela breve del autor de Moby Dick

Billy Budd es el paradigma de lo que en el argot del mar se llama “el marinero bonito”: un joven agraciado, noble y sin dobleces que es la alegría del barco y el centro de atención de todos sus compañeros. Billy trabaja en un barco mercante, pero en plena travesía es obligado a enrolarse a la fuerza en la armada británica para combatir contra la flota francesa. Es el año 1797.

En su nuevo destino Billy Budd vuelve a convertirse en seguida en el marinero más popular y hasta los oficiales que sólo lo conocen de vista parecen apreciarlo. Todos excepto uno, el maestro de armas, Claggart, un hombre de buen aspecto y oscuro origen que, por alguna razón, ha puesto a Billy en su punto de mira. Esa obsesión unida a las circunstancias históricas (guerra, motines) conducirán a un desenlace violento en el que el deber acaba imponiéndose a la compasión.

Más allá del entorno marinero (por lo demás, bastante presente en casi todas las obras de Melville), hay algo en el relato de Billy Budd que recuerda a su obra maestra. Seguramente sea el personaje de Claggart, el detonante del fatalismo que impregna toda la novela. Por razones evidentes de espacio, este maestro de armas queda menos esbozado que Ahab, pero como él es un personaje marcado por la obsesión y definido por el misterio. Dice Melville respecto a Claggart que pertenece a ese tipo de hombres que “son dementes, y de la peor especie”, pues  recurren “a juicios fríos, sagaces y razonables para lograr objetivos tan gratuitos y atroces que resultan demenciales”.

Claggart es, en esencia, un psicópata: persigue el mal, pero lo persigue con perfecta racionalidad, con frialdad y con ciega obsesión. En este relato, la ballena a cazar se llama Billy Budd, el marinero cuya inocencia resulta provocadora para quien no puede creer que ésta aún pueda existir en el mundo.

Un bello relato en el que, como ocurre en las mejores obras de este autor, la forma impresiona tanto como el contenido y en el que toda la acción parece marcada por el fatalismo.

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