Malpaso: de dónde saca para tanto como destaca

En apenas tres años Malpaso ha pasado de ser una editorial con apariencia de independiente a una editorial ya mediana con ambiciones de grande. De acuerdo, no está todavía a la altura de los dos gigantes del sector en España (la nacional Planeta y la global Penguin Random House), pero va camino de convertirse en un competidor serio para los sellos de un siguiente nivel, como puede ser Siruela.

Hoy, mediante comunicado de prensa, Malpaso ha anunciado que adquiere “Los libros de Lince”, la editorial de Enrique Murillo uno de los editores con más experiencia, y acaso mala suerte, del panorama español.

Además, en El Mundo informan de que la editorial, que ya tiene un restaurante propio en Barcelona, abrirá una librería colindante y prepara una línea de libros en catalán.

Aunque el marketing y la comunicación de Malpaso está siendo exitoso, y algunas de sus últimas obras (“Breve historia de siete asesinatos” o “solterona”, por ejemplo) pueden ser razonablemente rentables, lo cierto es que otros libros (“Borrados” o las biografías de Zappa o Costello) no son, a priori, especialmente comerciales.

Entonces, ¿de dónde saca Malpaso para tanto como destaca? Porque no sólo es la presencia mediática y las continuas publicaciones: la editorial, además, da trabajo, según su web, a un equipo de unas 25 personas: casi más que el número de periodistas que va a quedar en El Mundo.

La respuesta a la potencia financiera de Malpaso hay que buscarla en la foto que falta en la sección de su web llamada “Quién hay detrás de Malpaso“. La foto que corresponde a Bernardo Domínguez, empresario mexicano que se define como “la mano invisible”.

Esta mano corresponde a un empresario mexicano que desde la construcción, y a través del grupo DSC, ha ganado contratos con la CFE, Pemex, la SCT, y gobiernos estatales y municipales para la construcción de montajes electromecánicos, así como obras marítimas y viarias.

Hoy en día, además de ser un potente grupo constructor,  DSC cuenta con filiales como DSC Comercial la cual adquirió el Grupo Ferretero Lavi, una empresa ferretería con 46 sucursales en los Estados Unidos o Turismo DSC, otra filial a través de la cual adquirió y gestiona hoteles en Acapulco, Cancún, Ixtapa y Puerto Vallarta, entre otros.

Es decir, detrás de la apariencia Indie e independiente de Malpaso hay dinero, mucho dinero. Lo que no es nada malo. Al contrario, como en el caso de Jacobo Siruela, es de aplaudir que si uno tiene pasta se la gaste en montar una editorial y no en un yate nuevo. Eso que ganamos los lectores.

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