Érase una vez una mujer que sedujo al marido de su hermana y él se ahorcó

Analizamos las historias de amor de Liudmila Petrushévskaia publicadas por Marbot Ediciones

Hasta ahora, sólo había llegado a nuestro país un libro de Liudmila Petrushévskaia. Fue en 2011, cuando Atalanta publicó “Érase una vez una mujer que quería matar al bebé de su vecina”.

Este nuevo libro que ahora publica Marbot Ediciones, “Érase una vez una mujer que sedujo al marido de su hermana y él se ahorcó”, es, como aquel, una colección de relatos; aunque sí aquella obra todavía contaba con una importante dosis de fantasía, éste se asienta en el realismo chejoviano y está protagonizado por mujeres instaladas en la tragedia y en el desamor, tal y como puede percibirse desde el propio título de la obra.

Liudmila Petrushévskaia, una de las autoras más destacadas de la literatura rusa actual, ofrece en estos relatos una visión desoladora de la vida de las mujeres rusas contemporáneas. En estos relatos, se nos presentan mujeres abandonadas por sus maridos, hijas no amadas por sus padres, relaciones de verano que se enfrían en cuanto llega el otoño, la de jóvenes que, deseosas de hallar el amor, acaban enfangándose en un matrimonio desgraciado… en resumen, un conjunto de relatos amargos que, sin embargo, no prescinden de cierto tono irónico y burlesco ni tampoco de cierta experimentación como en “oda a la familia”, un relato narrado a base de ennumeraciones.

Con todo, lo más llamativo de la obra quizás sea la economía de palabras que preside la mayor parte de la misma.  Petrushévskaia, sobre todo en los primeros relatos, parece buscar, fundamentalmente, un modo de narración que acerque su obra lo más posible a lo oral. Esto, que hace que en algunos momentos el relato sea difícil de seguir, consigue en muchas ocasiones que éste goce de una agilidad y, sobre todo, una frescura, muy poco frecuente en este tipo de narraciones. Sobre todo, cuando el tema tratado es, en todas ocasiones, tan claramente trágico.

Dice Petrushévskaia que ella sólo es alguien que escucha a las mujeres de su tierra contar sus historias y que después las relata tal y como las ha oído. En “Érase una vez una mujer que sedujo al marido de su hermana y él se ahorcó”, la autora rusa nos ofrece una muestra de ese quehacer literario que la ha convertido en una de las escritoras más aplaudidas de Rusia.

Un libro, en resumen, para descubrir una de las figuras más importantes de la narrativa rusa y familiarizarse con una manera de narrar que, alejada del retoricismo, consigue por momentos una carga semántica y una precisión que recuerda a la mejor poesía.

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